ALFREDO
DEANO
Universidad de Madrid
LA EVOLUCION
DE LA FILOSOFIA
DE W I T T G E N S T E I N
Estamos acostumbrados a que se nos presente el desarrollo de la actividad filos6fica de Wittgenstein como la sucesi6n articulada de dos etapas, la segunda de las cuales serla el total reverso de la primera. A esto se debe que la lectura de artlculos del estilo de los de Bernstein y O'Brien 9 sea para nosotros un motivo de sorpresa. En efecto : tanto uno como otro autor pretenden poner en cuesti6n lo que el primero de ellos llama "el mito de los dos Wittgensteins", y dejar, poe el contrario, de relieve, "la unidad del pensamiento de Wittgenstein", para decirlo con el tltulo del escrito de O'Brien. Et mito de los dos Wittgensteins no es un mito. Existen dos Wittgensteins. Pero es necesario precisar en qu4 sentido y hasta qu4 punto. Las p~iginas que siguen son fundamentalmente un esfuerzo por matizar el evidente contraste entre el Wittgenstein del Tractatus Logico-Philosophicus y el Wittgenstein de las Philosophisch'e Untersuchungen. En las Investigaciones Filosdficas Wittgenstein somete a crltica, en t4rminos que no dejan ~penas lugar a dudas, la concepci6n del lengu~je que 41 mismo habla mantenido en el Tractatus. La insistencia sobre este punto es tanta que parece como si Wittgenstein hubiera convertido la rectificaci6n de su primitivo programa analltico en el objetivo fundamental de la segunda etapa de su actividad filos6fica. N o es absurdo, sin embargo, suponer que Wittgenstein exagev6 Ias diferencias entre su antigua manera de pensar acerca del lenguaje y su nuevo modo de ver el lenguaje en funcionamiento. En cualquier caso, nosotros no vamos a fiarnos tan s61o de lo que el propio Wittgenstein diga acerca de sl mismo a este respecto. Empleando terminologla wittgensteiniana del Tractatus, podrlamos decir que nuestra interpretaci6n de las relaciones entre el Tractatus y las Investigaciones Filos6ficas estar~ construlda a base de lo que se muestre en un examen comparativo de estas dos obras. Cufil es la distinci,6n m~is profunda que cabe hacer entre el primer Wittgenstein y el segundo Wittgenstein ? d C6mo hemos de entender y de 83
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exponer la diferencia fundamental entre uno y otro ? En nuestra bfisqueda del sentido de la evoluci6n de la filosofla de Wittgenstein utilizaremos tres modelos : el modelo de dos concepciones contrapuestas del lenguaje; el modelo de dos concepciones distintas de la actividad filos6fica; el modelo de dos concepciones diferentes de lo que es la 16gica del lenguaje. La estructura de nuestro trabajo vendr~ dada por la aplicaci6n sucesiva de estos tres modelos a los textos de Wittgenstein.
A. D O S C O N C E P C I O N E S
CONTRAPUESTAS
DEL LENGUAJE
En el Tractatus se nos da una determinada imagen del lenguaje. H61a aqui en esquema : I, 1. - - "El mundo es todo lo que es el caso" (Tractatus, 1). Lo que es d caso, es decir, un hecho (Tatsache) es la existencia de estados de cosas (Sachverhalten) (Tr., 2). Asl pues, el mundo es la totalidad de los hechos, y no la totalidad de las cosas (1.1). Esos estados de cosas cuya existencia constituye h e & o s son combinaciones de objetos (2.01). Los objetos combinados en un estado de cosas se hallan los unos con los otros en una de~erminada rdaci6n. Y la manera como esos objetos se enlazan en un estado de cosas es la estructura de ese estado de cosas. La forma es la posibilidad de la estructura (2,03-2.033). La totalidad de estados de cosas existentes es d mundo (2.04). I, 2. - - De los hechos p asamos a l a s pinturas de los hechos. Una pintura es un modelo de la realidad (2.12). Asl como un e stado de cosas es una combinaci6n, asl tambi6n una pintura es una combinaci6n de elementos correladonados biunivocamente con los objetos cuya combinaci6n determina la estructura del hecho pintado. Las pinmras son tambi6n hechos (2.141), en la medida en que "io que constituye una pintura es que sus elementos esffm relacionados los unos con los otros de una forma determinada. La manera como esos elementos de la pintura est~n conectados es la estructura de la pintura. La posibilidad de esa estructura es la forma pic~6rica" (2.15). Ahora bien : Si hay hechos que son pinturas es porque tienen algo en comfin con aquello que pintan (2.16, 2.161). Y esto que una pintura debe tener en comfin con la realidad clue esa pintura reproduce y que es precisa84
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mente lo que le permite reproducirla, es su forma pict.6rica (2,17). "Una pintura cuya forma pict6rica es la forma 16gica recibe el hombre de pintura f6gica" (2.181). Una pintura tiene la forma 16gico-pict6rica en momOn con el hecho que pinta (2.2). Ahora bien: una pintura no puede pintar su forma pict6rica : io que hace es mostrarla (2.172). II, 1. - - En todos los contextos donde ha aparecido hasta el momento el t~rmino "pintura" podemos poner en su lugar el t~rmino "proposici6n". En efecto : "una pintura 16gica de los hechos en un pensamiento" (3). Y "en una proposici.6n, un pensamiento encuentra una expresi6n capaz de set percibida pot los sentidos" (3.1). Del g~nero a la especie : de las pinturas en general hemos pasado alas pinturas lingiilsticas de hechos. Una proposici6n es un hecho, porque io que constituye un signo proposicional es que sus elementos est~in los unos con los otros en una determinada relaci,6n (3.14). E1 pensamiento halla en la proposici6n una expresi,6n isom6ffica de los hechos. "La configuraci,6n de objetos en una situaci6n corresponde a la configuraci6n de signos simples en el signo proposicional" (3.2, 3.21). "Un pensamiento es una proposici6n con sentido" (4). Y "la totalidad de las proposiciones es el lenguaje" (4.001). Una proposici.6n es una pintura de la re~/lidad (4.01). Pensemos en la escritura jeroglffica y entenderemos "la naturaleza esencial de la proposici6n" (4.016). Pero es preciso afirmar de las proposiciones en particular lo que antes habla sido afirmado de las pinturas de hechos en general : "Las proposiciones pueden representar la realidad completa, pero n o pueden representar lo que ellas deben tener en com6n con la realidad para set capaces de representarla: la forma 16gica". Efectivamente : "para poder representar la forma 16gica tendrlamos que poder situarnos con las proposiciones en alguna parte fuera de la 1,6gica, es decir, fuera del mundo" (4.12). "Las proposiciones no pueden representar la forma 16gica : se refleja en ellas". "1o que se expresa ello mismo en el lenguaje, nosotros no podemos expresarlo por medio del lenguaje" (4.1215). En forma aforistica: "Lo que puede ser mostrado, no puede ser dicho" (4.1212). Pot lo tanto, hay algo que el lenguaje, la totalidad de las proposiciones, dice, y hay algo que se muestra en el lenguaje. Una proposici6n dice que las cosas son de tal manera (4.022), y, al propio tiempo, como condici,6,n de su posibilidad de decir algo, muestra su forma [6gica. Entre cada proposici6n 85
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y el estado de cosas que esa proposici&l representa, entre cada proposici6n y el hecho pintado po~ ella, hay un paralelismo de estructura. Hay, en una y otra, una forma 16gica comCm, isomorfismo que es precisamente lo que hace posible que tal proposici,6~n sea una pintura de tal hecho. Esa forma 16gica no puede ser expresada por medio del lenguaje : se muestra ella misma en el lenguaje. II, 2. - - "Las proposiciones representan la existencia y no existencia de estados de cosas" (4.1). De ahl que el sentido de una proposici6n sea "un acuerdo o desacuerdo con posibilidades de existencia y no-existencia de estados de cosas" (4.2). E1 contacto b~isico entre lenguaje y realidad es el contacto entre proposiciones elementales y estados de cosas (Elementarsatz/ Sachverhalt). "El tipo m~s simple de proposici6n, una proposici6n elemental, afirma la existencia de un estado de cosas" (4.21). "El an~tlisis de proposiciones debe conducimos a proposiciones elementales que constan de hombres en inmediata combinaci6n" (4.221). Una proposici6n elemental afirma la existencia de un estado de cosas. Quiere ello decir que si una proposici6n elemental es verdadera, el estado de cosas representado pot ella existe. Y, al contrario, en el caso de que una proposici6n elemental sea falsa, el estado de cosas correspondiente no existe (4.25). Pot consiguiente, "dadas todas las proposiciones elementales verdaderas, el resultado es una descripci6n completa del mundo" (4.26), en cuanto ~ste no es sino la totalidad de los estados de cosas existentes, es decir, la totalidad de los hechos. Las proposiciones elementales o at6micas son pinturas de hechos. Por Io tanto, las posibilidades de verdad de las proposiciones elementales significan posibilidades de existencia y no-existencia de estados de cosas (4.3). Po~ lo que se refiere a l a s proposiciones no elementales (Wittgenstein las llama "proposiciones", a secas), diremos de ellas que son "expresiones de acue~do y desacuerdo con las posibilidades de verdad de las proposiciones elementales" (4.4). Las proposiciones elementales son pinturas de los hechos. Las proposiciones compuestas son funciones de verdad de proposiciones elementales: "las posibilidades de verdad de proposiciones elementales son las condiciones de la verdad y falsedad de las proposiciones" (4.41). "Una proposici6n es una funci6n de verdad de proposiciones elementales" (5). Se puede decir incluso que "una proposici6n elemental es una s de verdad de sl misma". Los argumentos de verdad de las proposiciones son 86
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proposiciones elementales (5.01). Y las proposidones "son el resultado de aplicar sucesivamente a las proposiciones elementales un nhmero finito de operaciones de verdad" (5.3, 5.32). III. - - El mundo es la totalidad de los hechos. Las proposiciones elementales son pinturas de estados de cosas. Las proposiciones compuestas son funciones de verdad de la proposiciones elementales. E1 lenguaje es la totalidad de las proposiciones. Las Investigaciones Filosdficas comienzan con la cita de un pasaje de las Confesiones de S. Agustln. En ese pasaje, segfin Wittgenstein, "se nos da una peculiar imagen de la es,encia del lenguaje humano". Es 6sta: "Las palabras del lenguaje nombran objetos. Los enunciados son combinaciones de estos nombres. - - En esta imagen del lenguaje encontramos la ralz de la siguiente idea: toda palabra tiene un significado. Este significado es correlato de la palabra. Es el objeto que la palabra designa" (lnvestigaciones Filos6ficas, 1). S. Agusfin pretende, con esta caracterizaci6n, expresar la esencia del lenguaje. Y no se trata, segfin Wittgenstein, de que esto sea falso. Se trata de que no es adecuado, en el sentido, m~is estricto de este adjetivo. N o es 6sta una descripci6n adecuada del lenguaje : no, corresponde a todo lo que llamamos lenguaje. Es una descripci6n verdadera en ciertos casos, adecuada a un determinado "juego de lenguaje" : el juego lingi.ilstico de nombrar objetos, juego linghlstico que no s61o no es la base de los restantes juegos de lenguaje, sino que los presupone (IF, 32). Es como si alguien dijera : "un juego consiste en mover objetos sobre una superfide de acuerdo con ciertas reglas..." Y respondemos : Parece estar Vd. pensando en los juegos de mesa; pero hay otros. Se puede convertir en correcta esta definici6n restringi6ndola expresamente a esos juegos" (IF, 3). Cu~d es, entonces, la imagen adecuada del lenguaje ? Se puede discutir - - y de hecho se ha discutido si las referencias al lenguaje contenidas en el Tractatus Logico-Philosophicus buscan finicamente determinar "las condiciones que habrla de reunir un lenguaje 16gicamente perfecto", o bien si pretenden establecer "la esencia de toda representad6n", o bien si tratan de ser la formulaci6n de la esencia de todo lenguaje. En las Investigaciones Filos6ficas no ha lugar a una duda semejante : '%0 que llamamos lenguaje es primariamente el aparato de nuestro lenguaje ordinario, de nuestro lenguaje de palabras; a otras cosas les damos este nombre por analogia o comparabilidad con 6ste (IF, 494). Lenguajes artificiales 87
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como pueden ser, por ejemplo, el simbolismo de la qulmica o la notaci6n del cAlculo infinitesimal, no son sino suburbios de nuestro lenguaje. Desde este ~ingulo, "nuestro lenguaje puede ser visto como una ciudad antigua: un laberinto de pequefias calles y plazas, de casas antiguas y nuevas, y de casas con afiadidos que &tan de varios perlodos; y toda ella rodeada por una multitud de nuevos barrios con calles rectas regulares y casas uniformes" (IF, 18). E1 lenguaje consiste en ]uegos de lenguaje. No hay un lenguaje : lo que hay son incontables juegos de lenguaje. Cada uno de ellos funciona en su propio sentido, engrana en un determinado contexto, se integra en una determinada acci.6.n, constituye una determinada forma de vida (IF, 19, 241, 25, 23). Podemos describir o. imaginar un gran nfmero de juegos, cada uno con sus reglas peculiares, con sus peculiares elementos; de igual modo, podemos describir o imaginar - - y asl lo hace Wittgenstein continuamente a lo largo de las Investigaciones Filos6ficas - - incontables juegos de lenguaje. Con los enunciados de nuestro lenguaje se juegan incontables juegos. "Con las oraciones del lenguaje hacemos las cosas m~ts diversas" (IF, 27). Podemos tal vez preguntarnos : "d cu~ntas dases de enunciados hay ?" Y podemos intentar una clasificad6,n diciendo, pot ejemplo, que hay tres clases : aserci,6n, pregunta y orden. Nada de eso: los tipos de enunciado son incontables. Son incontables los diferentes usos que podemos hacer de las formas de nuestro lenguaje. "Y esta multipliddad no es algo ~fijado, dado de una vez por todas". Nuevos juegos de lenguaje son puestos en uso de continuo, mientras otros caen en desuso, g Wittgensteinn nos ofrece un muestrario de juegos de lenguaje, para que nos percatemos de su inabarcable e imprevisible multiplicidad : son juegos de lenguaje dar 6rdenes y obedecerlas, describir la apariencia de un objeto, relatar un suceso, representar un papel, inventar una historia, hacer una broma, traducir de un lenguaje a otro, preguntar, dar las gracias, maldecir, saludar, rezar (IF, 23). E1 significado es el uso. E1 significado de una pdabra no es sino el uso que de ella hacemos en un determinado juego de lenguaje. Es asl como suele set expuesta la teorla del significado mantenida por el segundo Wittgenstein. Los textos de las In vestigaciones Filos6ficas no, justifican, sin embargo, una afirmaci6,n tan tajante. "Para un gran nfimero de casos - aunqu e no para todos - - en los que empleamos la palabra 'significado' &te juede ser definido asl : el significado de una palabra es su uso en el lenguaje". Y afiade Wittgenstein : "el significado de un nombre se explica 88
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a veces sefialando el objeto que lleva ese nombre" (IF, 43, 15). La pretensi6n de Wittgenstein no parece ser la de sustituir la teoria del significado como pintura por la teoria del significado como uso. Diriamos m~ts bien que su intenci,6n es la de insistir en la idea de que no siempre son significativos los enunciados por ser pinturas de los hechos. Los tipos de enunciado son mfiltiples, y los e nunciados pueden ser significativos de muy diversas maneras : tantas como usos pueden tener. Entre los usos que de dlos cabe hacer ester el uso pictdrico. Podemos usar el lenguaje para pintar estados de cosas, aunque tambi6n podamos usarlo para otros muchos menesteres. Y cuando usamos el lenguaje para pintar, puede muy bien set v/tlida una teoria denotacionista del significado. Hagamos ahora explicito el contraste entre estas dos concepciones d d lenguaje :
El lenguaje como algo de cuya estructura se puede hablar / El lenguaje co,no incontables juegos de lenguaje con un aire de familia. Cierto que las elucidaciones del Tractatus carecen de sentido, pues constituyen una transgresi~6,n - - aunque sea provisional, y, en otro sentido, definitiva - - de las propias normas de Wittgenstein distinguiendo lo que se puede decir de aquello otto clue s61o puede ser mostrado. Cierto. que al esclarecer en el Tractatus la esencia de la proposici6n y del lenguaje Wittgenstein est~ situ~mdose m~is alia de los limites del lenguaje, de los limites de la 16gica y de los limites del mundo. Pero aunque las adaraciones en torno a la esencia del lenguaje no eengan sentido, aunque puedan ser formuladas tan s,61o para s er trascendidas, sin embargo el lenguaje tiene una esencia. Una esencia que se muestra ella misma en el lenguaje. Wittgenstein nos dice que se muestra para que veamos e6mo se muestra. Asi pues, en el Tractatus se nos habla - - aunque no. sea en rigor - - de1 lenguaje en general, del lenguaje como una realidad con contornos precisos y cuya naturaleza puede ser desentrafiada y puesta en claro. No. asi en las Investigaciones Filos6ficas. "Alguien podria objetarme: i Usted toma el camino f/tdl ! Habla usted acerca de todos los tipos de juegos de lenguaje, pero hasta ahora no ha dicho cu~l es la esencia de un juego de lenguaje, y, por lo tanto, del lenguaje", d N o hay algo que sea comfin a todos los juegos de lenguaje, algo que precisamente permita agruparlos a todos bajo d nombre de "lenguaje" ? ~No seria posible y deseable determinar la esencia del lenguaje ? Wittgenstein no ha hecho nada de esto. Y no ha hecho nada, 89
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entre otras razones, porque no hay nada que hacer a este respecto. Fij~monos en los juegos. ~ Qu6 es lo que todos los juegos tienen en comfln ? N o pensemos que debe haber algo comfin a todos los juegos, k4iremos a vet si Io hay. Y, si miramos, lo finico clue vemos es "una complicada red de semejanzas superponi~ndose y entrecmz~ndose : a veces, semejanzas completas; en otras ocasiones, semejanzas de detalle". La expresi.6,n que, segfin Wittgenstein, mejor caracteriza este estado de cosas es la de "parecidos de familia". "Los juegos forman una familia" (IF, 65-7). Los juegos de lenguaje, tambi~n.
El lenguaje como totalidad de proposidones / El lenguaje como juegos de lenguaje. El lenguaje como retrato del mundo / El lenguaje como instrumento de m~ltiDles usos. E1 l enguaje no es ya ahora la representad6n de la realidad, la reproducci6n pict6rica de estados de cosas existentes. "El lenguaje es un instrumento. Sus conceptos son instrumentos" (IF,569). "Pensemos en las herramientas de una caja: hay un martillo, tenazas, una sierra, un desatorniilador, una regla... Las funciones de las palabras son tan diversas como las funciones de estos objetos" (IF, 11).
El lengua]e como unidad formal / E1 lenguaje como multiplicidad informal. "Vemos que Io que llamamos "enunciado" o "lenguaje" no es la unidad formal que yo imagin~, sino una familia de estructuras m~is o menos relacionadas las unas con las otras" (IF,108). Y alguien, a la vista de esto, podria decir : la evoluci6n de la filosofla de Wittgenstein consiste en el paso de una cierta imagen del lenguaje a una nueva concepci6n que supera a la anterior y la convierte en el fruto de una superstici6n. De esa superstici&a, el lenguaje mismo es culpable. Fu6 el lenguaje el culpable de q u e e n un principio Wittgenstein no se hubiera hecho una imagen adecuada de ~1. E1 lenguaje no siempre alcanza sentido pot ser una pintura de los hechos del mundo.
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B. DOS C O N C E P C I O N E S D I S T I N T A S DE LA A C T I V I D A D FILOSOFICA Parece que Wittgenstein, en las Investigaciones Filos6ficas, non presenta una visi6n del lenguaje m~s amplia, flexible y adecuada clue la que nos habla ofrecido en el Tractatus. En el Tractatus, la bfisqueda y explicitaci6n de la esencia del lenguaje. En las Investigaciones, arrepentimiento y juegos de lenguaje. La diferenciaci6n entre un "primer Wittgenstein" y un "segundo Wittgenstein" puede, pues, set formulada y se formula de ordinario sobre la base de la existencia de dos concepciones contrapuestas del lenguaje. En carla caso, la imagen que Wittgenstein se ha hecho del lenguaje fundamenta y hace surgir de s~ los restantes rasgos de su filosofla. O'Brien, en el artlculo que al comienzo hemos citado, trata de demonstrar clue no hay ruptura en el desarrollo de la filosofla de Wittgenstein. E1 pensamiento de Wittgenstein constituye, por el contrario, una unidad. Esta unidad, segfin O'Brien, tiene sobre todo un sentido negativo : se pone de manifiesto en el hecho de que hay cosas que son rechazadas tanto en el Tractatus como en las Investigaciones. "Desde un punto de vista m~s 'positivo' una unidad fundamental o al menos con~inuidad puede ser descubierta en la noci6n wittgensteiniana de la misi6n y el m~todo de la filosofla"L Pues bien : lo que ahora vamos a intenter someter a la prueba de la confrontaci~6,n con los textos es la tesis de clue la diferencia entre el Tractatus y las Inve~tigaciones, entre el primer Wittgenstein y el segundo Wittgenstein, no hay que presentarla como la diferencia entre los modos de concebir el lenguaje, sino m~ts bien como la diferencia entre dos maneras de concebir la fi!osofia. M~s estrictamente : como la diferencia entre dos maneras de concebir el alcance de la actividad filos6fica pot respecto al lenguaje. E1 contraste entre lo que Wittgenstein dice del lenguaje en el Tractatus y la descripd.6n del lenguaje que nos presenta en las Investigaciones, es un contraste entre los aspectos del lenguaje que Wittgenstein considera, en uno y otro caso, relevantes para la actividad filos6fica. Se tratarla primariamente de dos concepciones distintas de la filosofia, dos apreciaciones distintas de cu~tles son los rasgos o regiones del lenguaje que revisten interns filosofico. Lo mismo en el Tractatus q u e e n las Investigaciones la filosofla se concibe como una actividad, y, mls concretamente, como una actividad que tiene algo que ver con el lenguaje. Lo que varla de una a otra obra son los 91
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aspectos del lenguaje que se co,nsideran merecedores de atenci6n por parte del fil6sofo. Se trata de dos ideas diferentes respecto de qu~ es lo importante en el lenguaje para la filosofia. La mirada filos6fica de Wittgenstein condiciona su imagen del lenguaje. Pensemos en el problema del significado. A ~1 hemos aludido ya. Aqul sl parece haber dos Wittgensteins nltidamente diferenciados en cuanto a sus concepciones del lenguaje. Sin embargo, puede que no sea asl. La filosofla se ocupa del an~lisis del significado. Los modos de significar son distintos en las distintas regiones del lenguaje, d Qu8 tipo de significado le interesa al fil,6sofo analizar ? ~ El significado de las proposiciones de la ciencia ? Entonces diremos, como hace Wittgenstein en el Tractatus, que las proposiciones son significativas exactamente en la medida en que son pinturas de los hechos, y diremos tambi~n - - aunque en sentido estricto no podamos decirlo - - que las proposiciones, al tiempo que representan estados de cosas existentes, n~uestran o deben mostrar su forma 1.6gica encajando perfectamente con la forma del hecho que representan. Si, por el contrario, los problemas filos6ficos se disuelven examinando el uso clue ordinariamente hacemos de nuestras formas ligiilsticas, entonces podremos decir que el significado que al fil6sofo le interesa esclarecer ser~i, en un gran n~mero de caso, el uso efectivo que de las palabras o enunciados hacemos en un determinado juego de lenguaje. Recordemos una vez m~s la afirmaci6n de Wittgenstein en el par~grafo 43 de las Investigaciones FilosJficas : "En un gran nfimero de c a s o s - si bien no en todos - - en los que empleamos la palabra 'significado', ~ste puede set definido del siguiente m o d o : el significado de una palabra es su uso en el lenguaje". E1 significado es el uso en un gran nfimero de casos, pero no en todos. Nos encontramos ante dos im~igenes distintas de cu~les son las regiones del lenguaje cuyo modo de significar ha de analizar el fil6sofo. En suma : la palabra "significado" es un tdrmino tdcnico filos6fico. Qu~ tipos de significado debe examinar el fil,6sofo para que podamos decir que cumple con su misi6n ? d Qu8 hay en el lenguaje que sea filos6ficamente interesante ? Lo que varla dei Tractatus a l a s Investigaciones Filos6ficas serla fundamentalmente la respuesta a esta pregunta. Pot lo dem~is, la concepci6n de la filosofia en una y otra obra es formalmente la misma. Si consideramos, como se hace en el Tractatus, que "el m~todo correcto en filosofla" es : "no decir nada excepto io que puede set dicho, es decir, 92
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proposiciones de la ciencia natural - - esto es, algo que no tiene nada que vet con la filosofla, - - y luego, cuandoquiera que algfln otro pretenda decir algo metaflsico, demostrarle que no ha dado signis a ciertos signos en sus proposiciones" (6.53); si la filosofla es algo que "ester pot encima o por debajo de las ciencias naturales, pero no al lado de ellas"; si la filosofia "no es un cuerpo de doctrina, sino una actividad", una actividad que consiste en la elucidaci6n o clarificaci6n de las proposiciones (4.1114.112), entonces el flnico aspecto del lenguaje que a la filosofla puede interesar, et flnico juego de leguaje relevante p ara la filosofia ser~i aquel cuya funci6n es describir, representar, aquel cuyos enunciados significan porque son pinturas de los hechos: el lenguaje de la ciencia natural. El lenguaje es, para el fil6sofo (tal como en el Tractatus se concibe la misi6n de la filosofia), la totalidad de las proposiciones. E1 flnico uso del lenguaje que queda constituido en objeto de la actividad filos6fica es el uso descriptivo, representativo. N o es que no se den otros usos : ocurre simplemente que esos usos no revisten inter6s para el fil6sofo, y, en este sentido, el fi~6sofo, Wittgenstein, puede dejarlos fuera de consideraci6n, hacer abstracci6n de ellos. Asl sucederla en el Tractatus. Aqul Wittgenstein est~ investigando la esencia de toda represenci6n, la esencia del lenguaje, de todo lenguaje, en su funcidn representativa de hechos, en su funci6n descripfiva del mundo. El lenguaje ordinario tien.e entre sus funciones la funci6n de representaci6n de estados de cosas. Wittgenstein pretende ll.egar a la esencia de esta funci6n del lenguaje. N o le interesa en primer t6rmino la construcci6n de un lenguaje ideal a la manera o sobre el modelo del lenguaje de la 16gica simb61ica, sino la especificaci6n de las condiciones que todo lenguaje ha de cumplir para referirse adecuadamente a la realidad, para dar cuenta del mundo como totalidad de hechos. La aspiraci6n fundamental de Wittgenstein en el Tractatus es descubrir la estructura de toda representaci6n lingulstica de estados de cosas, hallar el esquema del funcionamiento del lenguaje en general - - de todos los lenguajes y de cualquier lenguaje - - en cuanto medio de representaci6n, extraer del lenguaje una muestra de su funci6n representafiva en condiciones ideales. La esencia de toda representacidn tiene el lenguaje ideal como modelo. En el Prefacio al Tractatus explica Wittgenstein que su libro se ocupa de los problemas de la filosofla, mostrando c6mo la raz6n de que estos problem a s s e planteen es la mala comprensi6n de la 16gica de nuestro lenguaje. 93
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Por ello, el objetivo fundamental del libro es poner un llmite a la expresi6n de los pensamientos. La s es toda ella "crltica del lenguaje" (4.0031). Ls s pone llmites al ~mbito de la ciencia natural (4.113). La s debe establecer los llmites de io que no puede ser expresado presentando claramente lo que puede ser expresado (4.115). E1 lenguaje es Is totalidad de las proposiciones (4.002), el conjunto de las formaciones ling~isticas que representan hechos y muestran su forms 16gica comfin con la del hecho que representan. En resumidas cuentas : "La Hlosofla no da pinturas de 1s realidad". "La filosofla es la doctrina de la forma 16gica de las proposiciones cientis (Nbk, Notes on Logic, p. 93). Y "la 16gica se interesa por los enunciados s61o en la medida en que son pinturas de la ~ealidad" (Nbk, 5.10.14). Todo lo que Wittgenstein dice de! lenguaje en el Tractatus, todo lo que Wittgenstein dice en el Tractatus acerca de la actividad Hlos6fica y toda la actividad filos6fica que Wittgenstein desarrolla er~ el Tractatus es el fruto de una superstici6n. E1 terreno del que esa superstici6n brota es el lenguaje mismo. Pot ello, h filosof~a se convierte en '*una lucha contra el embrujamiento de nuestra inteligencis pot el lenguaje" (IF, 109). Y e n esa lucha la actividad filos6fica alcanza la victoria cuando consigue hacernos vet c6mo funciona el lengua]e en cada caso. Ahors bien : " N o se puede adivinar c6mo funciona una palabra. Hemos de observar su uso y sprende~ de ~ste. , Pero io dificil es remover el prejuicio que acompafia la realizaci6n de esta ta~ea. N o se trsta de un prejuir est~pido" (IF,340). Y ese prejuicio en absoluto estfipido inherente a nuestro examen del funcionamiento de uns palabra en un juego de lenguaje es la fuente de l o s problemas llamados filos6ficos. Los problemas filos6ficos surgen deI lenguaje. Es el lenguaje mismo el que nos tienta a no vet como es debido su propio funcionamiento. Los problemas Hlos6ficos se plantean precisamente por este nuestro fracaso en la comprensi,6n del funcionamiento de nuestro lenguaje : brotan del hecho de que no tenemos una visiJn clara del uso de nuestras palabras (IF,122). "Los problemas s surgen cuando el lenguaje se va de vacaciones" (IF,38). "Debemos dejar s u n lado toda explicaci6n, y e n su lugar debemos acometer la tares de descripci6n. Y esta descripclon alcanzs su luz, es decir, su prop6sito, a partir de los problemas filos6ficos. N o son problemas emplricos : antes bien, se solucionan mirando el funcionamiento de nuestro
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lenguaje, y de una forma tal que nos hace tomar conciencia de este funcionamiento : a pesar de la existencia de una incitaci6n a entenderlo mal. Los problemas se resuelven, no aportando nueva informaci,6n, sino ordenando la que siempre hemos poseldo. La filosofia es una lucha contra el embrujamiento de nuestra inteligencia por el lenguaje" (IF,109). En este pasaje de las Investigaciones Filos6ficas clue acabamos de citar aparece sintetizado todo cuanto Wittgenstein fiene que decir acerca del lenguaje como fuente de los problemas filos6ficos, acerca de la indole peculiar de ~stos, acerca de la manera - - tambi~n peculiar - - de resolverlos, o, como veremos, de disolverlos, y, pot ende, acerca de la funci6n y el car~cter de la actividad filos6fica. "Un problema filos6fico fiene esta forma : no s~ qu~ camino tomar" (IF 123). Cuando se trata de resolver un problema filos,6fico la clave no est~ en hallar un nuevo dato, sino en vet de otra mane~a los datos con que ya contamos. Los problemas de la filosofla se engendran en el real entendimiento de la manera como nuestro lenguaje funciona - - mal entendimiento al que el propio lenguaje nos incita, - - y se solucionan restaurando la visiJn normal del uso del lenguaje. "El lenguaje es un laberinto de caminos. Nos aproximamos desde un lugar y vemos la salida; nos aproximamos al mismo sitio desde otro lugar y ya no vemos esa salida" (IF,203). Sin embargo, ya hemos dicho que el prejuicio que nos impide ver con normalidad la extraordinaria variedad de los usos de nuestro lenguaje no es un prejuicio estfipido. "Los problemas que surgen de una mala interpretaci6n de nuestras formas de lenguaje fienen el car~icter de profundidad. Son inquietudes profundas; sus ralces son tan profundas en nosotros como las formas de nuestro lenguaje, y su significaci6n es tan grande como la importancia de nuestro lenguaje" (IF,111). La disoluci6n de estos problemas - - pues ya hemos dicho que de disolverlos se trata, y no de resotverlos - - viene dada por nuestro mirar el uso del lenguaje, por nuestro observar c6mo la expresi6n que provoca nuestra situaci~6n de perplejidad, nuestra reclusi6n en el callej,6n sin aparente salida en que consiste un problema filos,6fico, funciona en un determinado juego de lenguaje. "Nuestra investigaci6n fiene car~cter gramatical. Tal investigaci6n arroja luz sobre nuestro probtema esclareciendo las equivocaciones. Equivocaciones concernientes al uso de las palabras y producidas, entre otras razones, pot ciertas analoglas entre las formas de expresi6n en diferentes regiones del lenguaje" (IF,90). Pot ejemplo, cuando los fil6sofos usan una palabra - - "cono95
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cimiento", "ser", "objeto", "yo", "proposici6n", "nombre" - - e intentan comprender la esencia de la cosa, lo que debemos hacer siempre es preguntarnos : dse usa la palabra actualmente alguna vez de este modo e n d juego de lenguaje que es su lugar original ? Lo que nosotros hacemos es traer las palabras desde su uso metaflsico a su uso cotidiano" (IF,!16). E1 tratamiento que el fil6sofo lleva a cabo de los problemas que le competen es como el tratamiento de una enfermedad. Cuando este tratamiento ha sido el apropiado, la enfermedad desaparece. Asl tambi6n con los problemas filos,6ficos (IF,255,133). Lo que la filosofia hace desaparecer no son sino "castillos de naipes"; y lo que deja daro es la base - - el lenguaje - - sobre la clue esos castillos de naipes ban sido edificados (IF,118). "Mi pretensi6n es &ta : ensefiar a pasar de un sinsentido disfrazado a algo que es un sinsentido patente" (IF,464). Vi6ndola desde esta perspectiva, cabe decir de alguna manera que la filosofia "1o deja todo tal como esfft". La reforma del lenguaje no es asunto de la filosofia. La filosofia no es una actividad de car~cter normativo; no pretende dictar leyes sobre el uso del lenguaje. Se limita a dejar al descubierto d uso efectivo de nuestras formas lingiilsticas. La filoso.fia n os hace ver la "gram(ttica profunda" de las expresiones de nuestro lenguaje : "En d uso de la palabras se puede distinguir la 'gramfitica superficial' de la 'gram~itica profunda'. Aqueilo que inmediatamente nos llama la atenci,6n en el uso de una palabra es la manera como 6sta es usada en la construcd6n del enunciado, la parte de su uso, pot d ecirlo asi, que podemos coger al vuelo. Comparemos ahora la gram~itica profunda, por ejemplo, de la palabra 'significar', con Io que su gram~itica superficial nos indudria a sospechar. N o es extrario que encontremos dificil saber qu6 camino tomar" (IF,664). Si la filosofla queda caracterizada como "un combate contra la fascinaci6n que las formas de expresi6n e.jercen sobre nosotros", el uso. descriptivo del lenguaje no puede ser ya el finico digno de consideraci6n filos6fica. Si los problemas filos6ficos surgen del lenguaje y se disuelven restaurando la visi6n normal del funcionamiento de! lenguaje, lo relevante y io decisivo para la actividad filos6fica se.r~ el lenguaje en su inabarcable complejidad, el lenguaje en la infinita variedad de sus funciones, el lenguaje en sus m61tiples usos : los incontables juegos de lenguaje.
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LA EVOLUCION DE LA FILOSOFIA DE WITTGENSTEIN C) D O S
CONCEPCIONES
DIFERENTES
DE LA L OGICA
DEL LENGUAJE
Tanto en d Tractatus como en las Investigaciones FilosJficas se nos habla de la "16gica del lenguaje". Pero en distintos sentidos. Bernstein se refiere a la existenda de tres lenguajes en el Tractatus : en primer lugar, el lenguaje ordinario; en segundo lugar, el lenguaje clue Bernstein, siguiendo a Sellars, llama "lenguaje perspicuo", es dedr, aquel lenguaje que nos sirve de guia para entender "c6mo funciona el lenguaje cuando lo usamos con el fin de hacer aserciones verdaderas o falsas"; y, pot filtimo, el "lenguaje-escalera", el metalenguaje en el que describimos el lenguaje perspicuo 3. El "lenguaje-escalera" es el lenguaje e n el que encuentran expresi6n las "elucidaciones" del Tractatus, el lenguaje en el que Wittgenstein dice lo clue s61o puede set mostrado. A1 presentar el modelo anterior hemos hecho referencia al Prefacio del Tractatus. En ~l se nos dice : "El libro trata de los problemas de la filosofla, y muestra, seg~n creo, que la raz6n pot la clue estos problemas se plantean es clue no entendemos la 16gica de nuestro lenguaje. E1 sentido completo del libro puede ser resumido en las siguientes palabras : lo que se puede decir se puede decir con daridad, y respecto de aquello de lo que no se puede hablar, lo mejor es callarse". E1 Tractatus es un libro de filosofia, y, por io tanto, lo que pretende es poner un llmite a la expresi6n de los pensamientos. Se trata de poner un llmite al lenguaje :~todo aquello que caiga al otro lado de ese limite carecer~t de sentido. La filosofia es toda ella crJtica del lenguaje (4.0031). La filosofla pone limites a la esfera de la ciencia natural (4.113). La totalidad de las proposiciones es el lenguaje (4.001). La totalidad de las proposiciones verdaderas es el todo de la ciencia natural (o el corpus completo de las ciencias naturales) (4.11). A la vista de todo ello, no es extrafio que la cuesti6n fundamental que Wittgenstein pretende resolver en el Tractatus sea gsta : ~ Qu6 es una proposici6n ? i Cu~l es la forma general de las proposiciones ? La manera como esta pregunta aparece formulada en el contexto de la obra deja claro que el objetivo filtimo de Wittgenstein no es otro que el de encontrarle una respuesta. Acaba de hablarnos Wittgenstein acerca de las proposiciones elementales; acerca de las posibilidades de existencia y no-existencia de estados de cosas como posibilidades de verdad de las proposiciones elementales; acerca de 1as proposiciones (compuestas) como expresiones de acuerdo o desacuerdo con las posibilidades de verdad 97
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de proposiciones elementales; acerca de las posibilidades de verdad de las proposiciones elementales como condiciones de la verdad o falsedad de las proposiciones compuestas; acerca de los dos casos extremos de grupos P0sibles de condiciones de verdad; acerca de las tautologlas y las contradicciones como los casos llmite de la combinaci6n de signos. Y despu~s de todo esto nos dice Wittgenstein : "Parece ahora posible dar la forma proposicional m~s general: es decir, dar una descripci6n de las proposiciones de un lenguaje cualquiera, de tal forma que todo sentido posible pueda ser expresado mediante un simbolo que satisfaga la descripci6n, y todo simbolo clue satisfaga la descripci6n pueda expresar un sentido, siempre que los significados de los hombres sean escogidos cuidadosamente" (4.5). "La forma general proposicional es una variable:" (4.53). "La forma general proposicional es la esencia de la proposici~6n" (5.471). ~ Cu~d es la forma general de la proposici6n ? : "La forma general de una funci6n de verdad es [~, T, N (Y) ]. Esta es la forma general de la proposici6n" (6). He aqul, pues, la pretensi6n fundamental de Wittgenstein en el Tractatus: hallar la esencia de la proposici6n. Pero "dar la esencia de la proposici6n significa dar la esencia de toda descripci6n,, y, por lo tanto, la esencia del mundo" (5.4711). La filosofla es 16gica del lenguaje. La filosofla aspira a determinar la forma general de las proposiciones. La filosofia es 16gica formal del lenguaje. "La mayoria de las proposiciones y cuestiones de los fil6sofos surgen de! hecho de clue no, entendemos la 16gica de nuestro lenguaje" (4.003). $61o el an~lisis formal puede poner al descubierto la esencia del lenguaje. La esencia de! lenguaje es la esencia de la proposici6n. La esencia de la proposici,6n es la forma general de las proposiciones. La 16gica del lenguaje es 16gica formal. La 16gica formal se encgentra a sJ misma en el rondo del lengua]e. El lenguaje formalizado de la 16gica formal es el instrumento de que se sirve el lenguaie escalera para presentar la estmctura del lenguaje perspicuo. Los llmites de la 16gica, los llmites del lenguaje y los limites del mundo coinciden, encajan, son un solo llmite. Pero, afios m~s tarde, Wittgenstein decide abandonar la investigaci6n que tantos quebraderos de cabeza le produjo en otto tiempo : la investigaci6n de la forma general de las proposiciones y del lenguaje (IF,65). "Parece pertenecer a la 16gica una peculiar pro fundidad, una significaci6n universal. La 16gica yace, segfin pa~ece, en el rondo de todas las ciencias". La 16gica es la ciencia de las leyes de las leyes de la naturaleza. Su objeto es la exploracil6n de la esencia de todo lo emplrico. La 16gica no anda a la 98
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caza de nue~os hechos. La 16gica no nos proporciona informaci6n concreta alguna sobre el mundo. La 16gica aspira a entender algo que ya est~ a la vista, pretende explicar algo queen el rondo ya poseemos (IF, 89). Podemos pensar que nuestras formas usuales de expresi6n est~n sin analizar en su esencia. Da la impresi6n de que hay en elias algo oculto que tiene que ser sacado a la luz (IF,91). "Esto encuentra expresi6n en cuestiones como las relativas a la esencia del lenguaje, de las proposiciones, del pensamiento". Suponemos que la eesncia es algo que est~ en el fondo. Y nos preguntamos : Qu~ es el lenguaje ? ~ Qu~ es la proposici6n ? "Y la respuesta a estas preguntas ha de set dada de una vez pot todas, e independientemente de toda futura experiencia" (IF,92). Una respuesta semejante noses dada en el Tractatus. "Estamos bajo la ilusi6n de que lo peculiar, profundo, esencial, de nuestra investigaci6n es su intento de aprehender la incomparable esencia del lenguaje" (IF,97). "El pensamiento est~ rodeado de un halo. Su esencia, la 16gica, presenta un omen, el orden a priori del mundo : es decir, el orden de posibilidades que debe ser comfin a la vez al mundo y al pensamiento". En el Tractatus la li6gica formal expone la esencia del pensamiento, del lenguaje, del mundo. El omen de la 16gica, que es a la vez el omen del lenguaje y el orden del mundo, debe ser simple. Debe ser anterior a toda futura experiencia, debe set "del m~s puro cristal" (IF,97). "La soluci6n de los problemas de la 16gica - - habla dicha Wittgenstein en el Tractatus - - debe ser simple, pues son los problemas de la 16gica los que establecen el modelo de simplicidad (5.4541). Simplex sigillum veri. La 1,6gica es simple y simplifica. L6gica del lenguaje de la ciencia equivale a simplificaci6n del lenguaje de la ciencia. La 16gica es simple y exacta. No puede haber vaguedad en 16gica. "Nos absorbe la idea de que el ideal 'debe' ser encontrado en la realidad". Pensamosque est~ alll. Pensamos que io estamos viendo" (IF,101). Obsesionados por un ideal creemos estarlo contemplando en lo m~s hondo de la realidad. Cegados pot el l enguaje de la 16gica formal imaginamos, en el fondo del lenguaje, "las reglas estrictas y tiaras de la estructura 16gica de las proposiciones" (IF,102). Si, desde el interior de una habitaci6n, miramos el paisaje, ~ste parecer~ tenet la misma forma que la ventana por la que miramos. Podrlamos creer clue el paisaje es rectangular. "Predicamos de la cosa io clue est~ en el m&odo de representarla" (IF,104). Cuanto m~s minuciosamente examinamos el funcionamiento actual del lenguaje, tanto m~s llamativo resulta el contraste entre ese funcionamiento y nuestros imperativos de rigor y 99
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exactitud. En efecto : la "pureza cristalina" de la 16gica no era un resultado de investigaci6n : era una exigencia del investigador (IF,107). " H e aqui la forma general de la proposici6n". Y, al decir esto, creemos estar trazando la naturaleza de la cosa, cuando lo cierto es que estamos trazando simplemente la perspectiva desde la que la miramos (IF,114). "Unaimagen nos cautiva. Y no podemos huir de ella, porque yace en nuestro lenguaje, y el lenguaje parece repetirnosla inexorablemente" (IF,115). Y ahora, ~qu6 se hizo de la 16gica? ~Qu6 fu6 de su rigor, de su exactitud, de su pureza, de su simplicidad ? Habiamos sublimado la }6gica de nuestro lenguaje. Hablamos lanzado sobre el lenguaje la f4rrea red de la estructura 16gica de las proposiciones y creiamos haber alumbrado la esencia del lenguaje. Hacemos esdavos a los negros y luego decimos clue todos los negros han nacido para set esclavos. Imponemos al lenguaje la estructura del simbolismo de la 16gica formal y luego decimos que la 16gica del lenguaje es 16gica formal, pura, exacta, cristalina, rigurosa. "La filosofla de la t6gica habla de enunciados y palabras exactamente en el mismo sentido en que nosotros hablamos de elias en la vida normal cuando decimos, pot ejemplo, "Esta es una frase en chino" (IF,lOS). Cuando aplicamos la 16gica formal al lenguaje ordinario estamos mencionAndolo y no us~ndolo. Decir clue una proposici6n es toda aquella formaci6n lingulstica susceptible de set verdadera o falsa es como decir : "llamamos a algo una proposici6n cuando en nuestro lenguaje le aplicamos el c~Iculo de las funciones de verdad" (IF,136). Pretendemos co nvertir el lenguaje en un dlculo 16gico como si en el rondo lo fuera. Pero el intento de aprehender la esencia del lenguaje mediante el an~lisis 16gico formal es vano intento. Los llmites de la 16gica y los llmites del lenguaje ya no coinciden. Mejor dicho : la 16gica formal no tiene ning6n limite que poner al lenguaje. E1 lenguaje es libre por respecto a la 16gica formal. La 16gica formal ,,no trata del lenguaje - - o del pensamiento - - en el mismo sentido en que una ciencia natural trata de un fen6meno natural" (IF,81). Hacer 16gica del lenguaje no es ya para el fil6sofo, como lo era en el Tractatus, buscar la forma general de las proposiciones, aprehender la esencia del lenguaje, sino contemplar cuidadosamente su funcionamiento. Y, en el lenguaje, la 16gica no es ya su estructura oculta, sino el perfil de su uso indefinidamente complejo.
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LA EVOLUCION DE LA FILOSOFIA DE WITTGENSTEIN Los tres modelos, c o m o es obvio, n o se excluyen. M~s b i e n se e n t r e c r u z a n y c o m p l c m e n t a n . Quiz~ la v e r d a d es el todo.
NOTES 1 R. J. Bernstein : "'Wittgenstein's Three Languages", The Review of Metaphysics, vol. zS, no. 58 (:~96z), pp. 279-98. Reimpreso e~ Essays on Wittgenstein's Tractatus, ed. by I.M. Copi and R . W . Beard. London, Routledge and Kegan Paul, ~966, pp. 231-247. D. O'Brien : The Unity of Wittgenstein's Thought. Interaational Philosophical Quarterly, 6, no. ~ (z966). Reimpreso en Ludwig Wittgenstein : The Man and His Philosophy, ed. by K . T . Fann. N. York, Dell Publishing Company, z.967, pp. 380-4o4. 2 0 " B H e n , op. cit., pp. 38o-z. 8 Bernstein, op, cit., pp. 236-7.
SUMMARY The author claims that there is a basic difference between the Tractatus and the Philosophical Investigations; despite Bernstein's and O'Brien's claims to the contrary, there are, indeed, 'two Wittgensteins:' Yet, to ascertain the difference between both we must look at Wittgenstein's conceptions of philosophy rather than at his views on logic and language. Wittgenstein's different, and even divergent, views on logic and language are grounded on his two views on philosophy and not the other way around. At the same time, Wittgenstein's views on philosophy are caused by his ways of conceiving the scope of philosophical activity in regard to language. Both in the Tractatus and in the Philosophical Investigations, Wittgenstein points out what is important in language for philosophy, but in each case he reaches very different conclusions. Now, when all is said, there remains one unifying factor in all of Wittgenstein's 'investigations': it is the question of the 'logic of language,' which shifts positions from the Tractatus to the Investigations, so that what was earlier a 'hidden structure' becomes later the 'grammar' of its indefinitely complexe uses. 101